Al viajar a Dubái, uno de los siete Emiratos Árabes Unidos, se descubre una ciudad de la desmesura: un majestuoso y único hotel de siete estrellas (el Burj Al Arab), la torre más imponente y alta del mundo (la Burj Khalifa), pistas de ski y de patinaje sobre hielo en medio del desierto, e incluso islas artificiales con forma de palmera («Jumeirah» y «Jebel Ali») o que imitan el trazo de los países del mundo («The World»).
Viajar a Dubái
En Dubái, uno comprende de inmediato el sentido del término «lujo asiático». Pero no es imprescindible ser un banquero multimillonario o un jeque árabe para conocer y disfrutar esta increíble ciudad. Dubái suele ser una escala obligada para quienes vuelan hacia oriente por Fly Emirates. No es una mala idea, en ese caso, hacer un stop de tres o cuatro noches allí. El maravilloso metro de Dubái conecta el aeropuerto con las principales zonas comerciales, hoteleras y residenciales (es seguro, económico y constituye una excelente opción para desplazarse, más allá de que algunos sitios sean sólo accesibles en bus público o taxi). Dubái ofrece una gran cantidad de alojamientos con una relación precio-calidad asombrosa. Si queremos utilizar el metro como medio de transporte privilegiado, convendrá alojarse cerca de alguna de sus estaciones (el Hotel Citymax Al Barsha, por ejemplo, está a pocos metros de la parada del Mall of Emirates).
Una vez instalados, las posibilidades son muchas. Un buen punto de partida es dirigirse hacia la zona del Dubái Creek (una ría natural que separa Deira de Bur Dubái, dos barrios antiguos). Allí, a poca distancia entre sí, se condensan varios sitios de especial interés histórico. Caminar por las calles de Al Bastakiya, por ejemplo, nos sumerge en una atmósfera tradicional árabe, con casas que aún conservan sus «captadores de viento», con galerías de arte, cafés y también un importante centro cultural. Muy cerca está emplazado el Museo de Dubái, donde es posible conocer la historia de aquélla aldea de pescadores y recolectores de perlas radicalmente transformada a partir del descubrimiento del petróleo. A unos quinientos metros, aunque en la otra margen de la ría, se encuentran los zocos del oro y de las especias, donde podemos recorrer cientos de tiendas entre el brillo de las joyas, y los sabores y olores de una gran variedad de especias.
Incluso para quienes no son amantes de las compras resultará ineludible visitar las dos grandes y esplendorosas tiendas de la ciudad: el Mall of Emirates y el Dubai Mall. El primero, abierto desde 2005, alberga la famosa pista de ski y snowboard de Dubái (observarla funcionando constituye un atractivo en sí mismo), y también un parque de atracciones para niños. El segundo, considerado el centro comercial más grande del mundo, ofrece (además de innumerable cantidad de locales de rubros y precios diversos) un extraordinario acuario donde es posible bucear con tiburones, un moderno zoco del oro y una salida directa al lago artificial con la conocida fuente de Dubái, cuyo espectáculo nocturno de agua, luces y sonido será sin dudas inolvidable. En frente, se alza el imponente Burj Khalifa, el edificio más alto del mundo. El Burj Khalifa cuenta con dos miradores que ofrecen panorámicas casi surrealistas de la ciudad (es recomendable adquirir los tickets para subir a la torre con cierta antelación).
Un poco más lejos, pero accesible por autobús, aparece la famosa palmera Jumeirah. Se trata de un conjunto de islas artificiales compuesto por un tronco, diecisiete ramas y un semicírculo que funciona como rompeolas. Esta obra maestra puede recorrerse por medio de un monorriel que conecta la palmera con el continente. En uno de sus extremos se ubica el lujoso e imponente Hotel Atlantis, que cuenta con el Aquaventure Water Park, el parque acuático más grande de Medio Oriente. En esta zona se encuentra, además, otro de los emblemas característicos de Dubái: el Burj Al Arab, único hotel catalogado como de siete estrellas en el planeta. Para visitarlo es necesario hacer una reserva en uno de sus bares o restaurantes. Las vistas desde el Sky Bar son verdaderamente impresionantes. Un sitio adecuado para contemplar y fotografiar el hotel desde afuera es la playa pública de Jumeirah.
Finalmente, existen algunas excursiones muy recomendables para completar una visita de tres o cuatro noches a la ciudad. Sin dudas la más popular es el safari por el desierto con cena, una aventura en 4×4 por las dunas que incluye el traslado a un campamento donde podremos montar un camello, practicar sandboard, hacernos un tatuaje de henna y cenar al ritmo de la danza del vientre, entre otras actracciones. También resulta extremadamente recomendable, al viajar a Dubái, visitar la ciudad de Abu Dhabi, capital de los EAU, que a tan sólo 140 kilómetros de distancia ofrece verdaderos tesoros arquitectónicos y naturales. Por último, una cena a bordo de uno de los barcos de madera que recorren el Dubái Creek para brindar espléndidas vistas de Bur Dubái y Deira resultará algo así como el broche de oro para una estadía inolvidable.
Mapa de Dubái
TOP 10 atracciones en Dubái
Subir al mirador de la planta 148 del Burj Khalifa al atardecer | $$$$ |
Disfrutar de un «Afternoon Tea» en el Sky Bar del piso 27 del Burj Al Arab | $$$$ |
Hacer el “Safari por el desierto” en una 4×4 y cenar en un campamento | $$$ |
Hacer un paseo nocturno en barco por el Dubái Creek | $$$ |
Tomar una excursión a la impactante ciudad de Abu Dhabi | $$$ |
Caminar por el Dubái Creek, Al Bastakiya, y los zocos del oro y de las especias | ¡gratis! |
Visitar el Dubai Mall y la esplendorosa fuente de Dubái | ¡gratis! |
Visitar el Mall of Emirates y su espectacular pista de ski | ¡gratis! |
Visitar la Palmera Jumeirah y el Hotel Atlantis | $ |
Visitar el Jumeirah Beach Park | $ |
Y para valientes con dinero…
Tirarse en paracaídas sobre la Palmera Jumeirah con Skydive Dubai | $$$$$ |