En la diversidad y belleza que encierra Argentina como destino turístico, el tango en Buenos Aires es una de sus principales atracciones. Sin dudas, esta música invita a vivir una experiencia que estimula los cinco sentidos. Ver un espectáculo de tango, con música en vivo y bailarines especializados es una cita indispensable en su visita a la capital del país más austral de América.
Tango en Buenos Aires: para experimentar con los cinco sentidos
Las opciones son de lo más variadas e incluyen sitios históricos como el Café de los Angelitos. En el corazón del barrio de Balvanera, este sitio presenta una arquitectura única, un show con más de veinte artistas en escena y una historia de más de cien años que incluye en sus filas al maestro Carlos Gardel, quien solía reunirse en ese bar con sus amigos para explorar sus primeros acercamientos a la música a partir de 1912.
Es posible visitar el emblemático café durante el día, pero el máximo encanto se encuentra por las noches cuando se puede optar entre la combinación de cena y show o solo presenciar el espectáculo musical. Un menú de tres pasos acompañado de exquisitos vinos y buena música, sin dudas será la mejor opción. Vale destacar que la demanda es muy grande por lo que se aconseja realizar una reserva o contratar un tour completo que incluya el traslado hacia el lugar.
Otra opción que ofrece la ciudad capitalina es vivir la experiencia del tango en primera persona y tomar una clase de baile para fundirse en un verdadero abrazo porteño. Las posibilidades son muchas, desde clases grupales en centros culturales populares hasta sesiones privadas con expertos que, seguramente, harán erizar la piel al ritmo del dos por cuatro. Bailar tango sumergirá al viajero en el mundo de los arrabales del Río de la Plata donde, a principios de siglo, revolucionó la danza promoviendo un acercamiento sensual entre dos personas que ponen en juego la conexión, el equilibrio y la destreza de movimientos. Solo hay que animarse y dejarse llevar.
Y si lo que desea es recorrer y visitar lugares autóctonos con perfume a tango y argentinidad, no puede dejar de visitar los barrios de San Telmo y La Boca. Allí, podrá organizar circuitos de manera independiente o con guías locales que lo llevarán a conocer postales típicas como los conventillos, pequeñas vecindades de colores en torno a Caminito. Se deleitará también con los cuadros de motivos portuarios de Quinquela Martín en su museo, o con la Plaza Dorrego y sus característicos puestos de artesanías que, los días domingos, son invadidas por gran cantidad de turistas, coleccionistas y curiosos.
Los souvenires, las fotos con actores y bailarines de atuendos típicos, los artistas callejeros y el color local serán una excelente forma de acercarse al mundo del tango en Buenos Aires. Podrá vivirlo desde sus sonidos, sus formas, sus aromas, sus sabores y llevar este ritmo sureño en la piel. Una verdadera experiencia que atraviesa los cinco sentidos.