Diario de viaje por Maldivas
Preparativos
Cuando le contaba a mis amigos que me iba a las Islas Maldivas era frecuente oír preguntas como: «¿Maldivas? ¿y eso adónde queda…? ¿no es un destino carísimo…? ¿cómo se llega a Maldivas desde acá…?». Confieso que parte de mi inspiración para realizar este viaje se la debo a Sergio y Jair, autores de un post que me hizo ver que Maldivas no era un imposible.
Maldivas es un país insular que está en el océano Índico, al sudoeste de Sri Lanka, y a apenas 450 kilómetros de la India. Tiene fama de ser un destino caro pero, como contaré a lo largo de este relato, hay forma de conocer las Maldivas sin tener las billeteras de Cristiano Ronaldo o de Shakira. Desde Madrid, Barcelona y otras ciudades europeas existen numerosos vuelos hacia Maldivas. Desde Argentina, el modo más directo es volar primero hacia Sudáfrica, aunque yo preferí volar a Madrid, descansar unos días en España, y luego tomar otro avión hacia las islas.
26 atolones y unas 1200 islas (de las cuales poco más de 200 están habitadas) conforman las Maldivas.
Maldivas, salvo excepciones, no requiere gestionar previamente una visa de entrada, pero sí es posible que dependiendo del país de origen (y de las zonas visitadas recientemente) nos exijan un certificado de vacunación contra la fiebre amarilla (siendo argentino, lo tuve que presentar).
Si vas a visitar Maldivas, no olvides agregar esta página a favoritos.
11 de mayo de 2016
Llegada a Hulhumale’, la isla artificial
El avión de Emirates salió a las 15:20 desde Madrid y llegó a Hulhule’ el día siguiente a las 07:40 de la mañana, considerando que Maldivas tiene +3 horas respecto de España. En total, fueron unas 12 horas de vuelo, con una escala breve en Dubái.
Hulhule’ (pronúnciese «julule») y Hulhumale’ (pronúnciese «julumale») son dos islas artificiales unidas por una angosta carretera sobre el mar. En Hulhule’ solamente se encuentra el Aeropuerto Internacional Ibrahim Nasir. En cambio, Hulhumale’, construida para absorber la expansión comercial, industrial e inmobiliaria de la capital Male’, tiene barrios con sus mezquitas, mercados, hoteles, restaurantes y una larga playa de arenas blancas.
Playa artificial en Hulhumale’ © Alejandro Del Vecchio
Luego de llegar al aeropuerto, es posible tomar un taxi hacia Hulhumale’ o también trasladarse en el autobús público que cubre regularmente este corto trayecto ida y vuelta por unas pocas rufiyaas (rupias de Maldivas) o unos pocos dólares. Decidí pasar una noche en esta isla para poder conocer la capital, antes de ir a buscar el paraíso terrenal.
Una vez en Hulhumale’, me alojé en el hotel TLM Retreat, el más económico que encontré buscando acá. Pagué la habitación individual unos U$S 33 con un modesto desayuno incluido. El hotel está a metros de la playa y resulta adecuado para pasar una noche. Como aspecto negativo (y haciendo un juego de palabras bastante obvio) puedo decir que el baño del Retreat olía a retrete. Salvado este detalle, y teniendo en cuenta el precio, lo considero recomendable.
En Hulhumale’ no hay tanto para ver, pero resulta muy interesante visitar sus dos mezquitas, caminar por los barrios de departamentos edificados para contener a la gente llegada desde la capital y otras islas, y también disfrutar de su playa. Hay que tener en cuenta que, tratándose de un país musulmán, en esta playa no está permitido el uso de bikini.
Conociendo Male’, la capital de Maldivas
El ferry desde Hulhumale’ hacia Male’ sale cada media hora desde la terminal ubicada al oeste de isla, tarda unos 20 minutos y cuesta unas monedas. Aquí se pueden consultar los horarios.
Cuando llegué a Male’, lo primero que me sorprendió fue la cantidad impresionante de motos que circulan. Casi que parece que hay más motos que gente, lo que vuelve al lugar bastante peligroso. Son frecuentes los accidentes y hay que tener mucho cuidado al cruzar las calles.
Muy cerca de la terminal Hulhumale’ de Male’ (aclaro porque la capital tiene dos terminales de ferry) está la Plaza de la República, uno de los escasos espacios verdes y abiertos que encontramos en la isla.
Una vez en Male’, lo primero que me llama la atención es el contraste. Male’ es caótica
[Continuará…]