Cuando nos preguntamos qué hacer en Río de Janeiro, de inmediato nos vienen a la mente las postales típicas de la ciudad: Copacabana, Ipanema, Lapa, el Cristo. Sin embargo, Río tiene innumerables atracciones que no por menos conocidas son menos importantes, como su jardín botánico.
El jardín botánico de Río está conformado por 140 hectáreas de amplias avenidas bordeadas de palmeras, caminos sombreados y fuentes clásicas. Muchos de sus árboles, como el pau Brasil, que da nombre al país, están en peligro de extinción en la naturaleza. Las plantas, frutas y flores tropicales que llenan el jardín atraen aves y animales (por ejemplo micos) de la cercana Floresta da Tijuca.
Recorrer este jardín exige al menos tres horas. Conviene llegar temprano por la mañana o después de las tres de la tarde, cuando las temperaturas son más agradables.
Junto al jardín botánico de Río hay un huerto forestal que cultiva alrededor de 500 tipos de árboles tropicales, muchos de los cuales son especies raras de la selva tropical del Atlántico. Los árboles jóvenes se venden aquí en un esfuerzo por fomentar la reforestación.