El archipiélago colombiano de San Andrés se sitúa en el Caribe, a menos de 200 kilómetros de la costa de Nicaragua, y está conformado por las islas de San Andrés, Providencia y Santa Catalina, numerosos cayos y algunos bancos de arena. Cuenta con casi el 80% del área total de arrecifes de coral de Colombia.
Aunque en San Andrés el idioma oficial es el español, la población es bilingüe. Los nativos del archipiélago se comunican entre sí en creole, una lengua criolla que los locales hablan continuamente y en la que resuenan ecos del inglés, el español y algunos dialectos africanos.
Llegar a San Andrés es relativamente sencillo. La isla cuenta con su propio aeropuerto y son numerosas las aerolíneas que la incluyen como destino, entre ellas Avianca (vía Bogotá) y Copa (vía ciudad de Panamá).
Viajar a San Andrés
San Andrés es famoso por su «mar de los siete colores». Esa variación de tonalidades (desde el turquesa hasta el azul oscuro) se origina en las diferentes profundidades y en la refracción de las barreras coralinas que bloquean el paso de olas grandes. Nadar entre mantarrayas, practicar snórkel y bucear con una visibilidad que supera los 30 metros y en un mar cuyas aguas alcanzan los 28º de temperatura son algunos planes imperdibles para quienes visitan el archipiélago.
Pero San Andrés no es solamente sol y playa. En el extremo norte de la isla existe un paseo peatonal que combina el aspecto comercial con el natural. Por un lado, bares, restaurantes y negocios (San Andrés es puerto libre de impuestos) y, a pocos metros, también, ofrece casi dos kilómetros de playas de arenas blancas y mar cristalino con una vista privilegiada del islote Johnny Cay.
Si bien San Andrés tiene una rica y atrapante historia (el Pirata Morgan, por ejemplo, hizo de estas islas comando central de sus actividades en el Caribe), es innegable que la mayoría de sus atractivos está directamente relacionada con las maravillosas aguas que la rodean. Sin dudas, un imperdible es el llamado «acuario natural», un cayo rodeado de un arrecife de coral habitado por peces de colores. Constituye un sitio ideal para los amantes del snorkeling y de la fauna marina. En este mismo lugar se puede tomar, por la tarde, la famosa excursión o «tour de las mantarrayas», donde podremos nadar entre decenas de ejemplares de esta maravillosa especie e incluso tocarlos.
Jhonny Cay, por su parte, es otra pequeña isla donde podremos disfrutar de playas de arenas blancas y también circundarla por completo caminando. En este cayo el mar tiene un color azul transparente espectacular y es un sitio ideal para saborear un pescado frito, bien fresco, con patacón y arroz con coco, acompañado de cócteles de ron, y otros platos típicos de la región.
Dos lugares fácilmente accesibles por autobús público son la “piscinita” y West View. El primero es un sitio sin oleaje donde se puede nadar, apreciar el fondo marino y una gran variedad de peces de arrecife. Se trata de un balneario sin arena coralina debido a la naturaleza rocosa de ese lado de la isla. La entrada a la “piscinita” tiene un costo simbólico de unos pocos dólares. En el restaurante del lugar también se podrá disfrutar de un delicioso pescado frito con los infaltables patacones y arroz de coco. Cerca de allí está West View, otro balneario de similares características, pero con una infraestructura un poco más desarrollada.
Finalmente, nadie debería irse de San Andrés sin tomar la fascinante excursión a Cayo Bolívar. Se trata de una isla completamente virgen y paradisíaca, ubicada a unos 50 minutos en lancha. Cayo Bolivar es un sitio de una belleza inconmensurable, ideal para quienes les gusta la tranquilidad y al mismo tiempo la aventura. Allí no hay vendedores, ni restaurantes, la misma tripulación se encarga de cocinar en forma rústica para compartir el almuerzo en grupo. Cerca de allí hay un pequeño banco de arena con una virgen y una historia trágica: hace algunos años, un pescador de langostas se sumergió en el mar y quedó accidentalmente enganchado con una soga de la que no pudo liberarse. Al ver que no regresaba, su hermano bajó a buscarlo. Cuando lo vio sin vida, atrapado en el fondo, murió de la impresión. En medio de tanta paz y belleza, esta virgen conmemora la tragedia.