Tipos de viajero

¿Cuántos tipos de viajero hay? Seguramente en nuestros viajes hemos encontrado alguna vez al fotógrafo compulsivo, al planificador obsesivo, al aventurero o al famoso hippie con obra social. Sin dudas hay muchos tipos de viajero más, pero los más comunes son los siguientes (¿con cuál de ellos te identificas?):

El planificador

Tiene todo organizado varias semanas antes de partir hacia su destino: vuelos, transfers, alojamiento y también las actividades y excursiones que quiere realizar. No le gusta dejar nada librado al azar. Sabe que cualquier imprevisto le quita tiempo para disfrutar de su destino. Suele llevar consigo un itinerario detallado día por día con todo lo que no quiere perderse por nada del mundo. Registra los horarios de vista de los museos o castillos, calcula las distancias entre cada punto de interés y siempre evalúa si conviene el bus, el tren o un taxi.

El aventurero

Sale de su casa con lo puesto. No solo no teme perderse en una ciudad, sino que disfruta de los imprevistos. Huye de los sitios más turísticos para aventurarse hacia los puntos más exóticos y remotos de cada destino. Le encanta improvisar su ruta y relacionarse con los locales en busca de anécdotas. Odia la rutina y es propenso a practicar deportes de riesgo (tirarse en paracaídas, bucear con tiburones o probar esa nueva tirolesa). Si consigue compañeros de aventura, mucho mejor. Pero si no, le bastará con alejarse de los guías turísticos y del viajero planificador.

Leyendo en la playa © El coleccionista de instantes

El hippie con obra social

Suele jactarse de su libertad y de vivir contra el sistema. Bebe agua de los arroyos, hace autostop y se aloja en campings o en casa de algún amigo recién hecho. Es ecologista y prefiere los alimentos orgánicos. No le interesa tanto el destino que visita, como conectar con la tierra y la naturaleza. Se mimetiza con la cultura al punto de regresar con un acento extraño luego de un mes de viaje. En su mochila lleva una billetera artesanal con una extensión de la tarjeta de crédito de su papá o mamá y, por supuesto, el carnet de la obra social.

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